para Xavier
la madre acariciala mejilla del niño dormido
lo mira
y su belleza le remueve las entrañas
en donde hace muy poco le daba pataditas
sabe
en ese lugar donde anida el dolor más intenso
que su vida ya no le pertenece
quizá todavía no vislumbra
la corona de espinas
la tortura de los poderosos
el precio inconmensurable de la integridad
pero sabe
que el camino no será sobre ruedas
que las túnicas se enredarán en abrojos
y que habrá sangre y llanto en los recodos
y
sin embargo
nada en el dolor pasado
nada en el terror futuro
se puede equiparar
a la felicidad de este momento
en el que siente
en la palma de su mano
la tibia tersura
del precioso rostro
de su único hijo
La madre esperaba la llegada de... "Los magos de Oriente"
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